Mientras dices SÍ con tus labios y NO con el corazón, yo sigo sentada observando sin estar segura si es el momento oporturno de marcharme. Porque cuando finalmente decida hacerlo, seré yo quien te de la espalda e interponga un espacio creciente entre nosotros. Sin vuelta atrás. No por ser radical, sino por saber que es lo que quiero. Y a quien quiero.
Esto no es un sueño, es la realidad. Las heridas sangran de verdad, el corazón muere en serio.
Esto no es una fábula, es un protagonismo tangible.
He utilizado mi arsenal de lecturas retroactivas y he copado mis tiempos con distracciones y pasiones ficticias. Me he disfrazado como siempre, para no detenerme con mi almohada a llorar una vez más.
Me he cansado de observarte e intentar entender. Nadie tiene la razón pero eso no le resta toxicidad.
Me he cansado de verdad.
Tan sólo necesito un NO tímido tuyo más. Sólo regálame un NO más.
Y te sabré enseñar como son los NO de verdad.