Mi aversión dominical se desliza bajo mis pies y se acurruca en mi espalda. Porque donde comenzó ha terminado y ya no me restan sino algunas especulaciones surrealistas de esta realidad atolondrada en mi cabeza. Como hoy que me declaro en la absoluta soledad.Y se me antoja preguntar donde queda la justicia, el mundo con sus vueltas, y las lágrimas derramadas. Pero las respuestas son las mismas, el mundo es irrisorio sin ti.
Las canciones están mudas, mi universo atento a tus movimientos, mi fantasía rota, los pies enlodados.
Lo he merecido, todos siempre tuvieron razón.
Los cuentos de hadas no existen.