sábado, 26 de junio de 2010

Elección


El camino que escogí me ha llevado al lugar al que he querido mas no obstante, no he sentido felicidad desbordante. Bienestar sí, pero anhelo mucho más.
Hiciste lo que tenías que hacer, me escuchaste cuando lo necesité, tan callado como severo, tan alegre como enamorado. Ahora, amigo mío, te digo adiós. Adiós para siempre. Es de lo mismo que necesito conversar, pero no contigo. No por no amarte, pues te amo demasiado. Pero de pronto aquella magia ya no existe. La conexión con el mundo real se ha terminado, ya no me interesa.
Es otra mi verdad, es a ella a donde me dirijo. Sé que no guardaste mis secretos, pues poco me ha importado esconderlos de las mentes que apenas logran entenderse. Dormimos felices, dormimos desesperadamente tristes. Lloramos demasiado, reimos profundamente. Soñamos con regresos, con partidas y nos preguntamos demasiadas cosas. Y aunque por no protegernos del sol, hemos resultado quemados, también de su calor hemos demasiadas veces disfrutado.
Y ayer, al desempacar después de un largo viaje, encontré todas las puertas abiertas hacia caminos diametralmente opuestos. Hay una, enmarcada en blanco, dentro de la cual veo opulencia y caras sonrientes, excepto la mía. Las demás puertas me atraen magnéticamente.
Esta decisión la tomaré sola, amigo mío. Aquí te abandono. Perteneces a mi vida del Debería.
Gracias por haber estado siempre conmigo blog querido, este camino he de seguirlo sola.

Chio.