domingo, 14 de febrero de 2010

Después de..



.. aquel impacto cardíaco, del ataque desmesurado a la cordura, de ese desfogue con sollozos y un escrito corto impulsivo, ya me siento mucho mejor.
Me pregunto como sobreviví todo este tiempo sin escribir. Esto es una adicción.
En fin, es el nuevo fin, y coincide con el nacimiento del tigre.
Me cuesta demasiado contener las lágrimas ahora, disculpa la debilidad, pero has insultado demasiado mi inteligencia.
Me ha costado entender las señales inequívocas de tu desamor, la he maquillado siempre con excusas pueriles inexpertas. Y cuando te lo he preguntado, con el corazón en una de mis manos, lo has negado y enseguida me has hecho el amor como trofeo por lograr que sea tan tonta.
Y tuve un sueño desde el día que te fuiste. Un sueño que me mantuvo despierta, sonriente y fuerte (relativamente). Y ese sueño se acabó, fue devorado por el tigre.
Soñabame con los brazos abiertos, bella sólo para ti. Soñaba inmiscuyéndote en mi mundo preparado para ti todo este tiempo. Verte sonriendo a mi lado en mi auto, escuchando tus historias.
Y no, no te odio, pero ahora entiendo porque siempre pensaste que lo haría.
Siempre supiste que no me querrías nunca de verdad.

BUC has dead, the tiger has eaten it.