Extraña las sonrisas que conmigo te aparecen tan libremente, tus risas desproporcionadas cuando actuamos en este mundo tan tonto. Extraña la pasión que por ti desbordo y nuestras noches clandestinas.
Extraña aquellas nuestras conversaciones, las eternas en mi auto, las tontas en la calle, las atrevidas en tu cama, las transcendentales en tu auto, las ambiciosas y groseras en la red, las fingidas ante todos, las acompañadas de tabaco y música poco acorde.
Extraña mis momentos de locura por ti, en los que eras el hombre más amado del mundo.
Y mis llantos manipuladores y las mentiras que nunca te dije.
Extraña mis oídos atentos, mis labios prestos a adorarte, mis manos libres para acariciarte, mis pechos adorados, mis pies que corrían siempre hacia ti. Los paseos en mi auto por la playa, las horas en los estacionamientos con un vino acompañados de música de rutina por primera vez oída.
El no hacer nada y vivirlo todo al mismo tiempo. Extraña esos roces escabullidos en la calle, creyendo ilusamente que no eran vistos por nadie.
Extraña extrañarme en esa espera eterna por volverme a ver, la cuenta regresiva de los días y fantasear sin escrúpulos.
Extraña bailar conmigo, tomarme de la mano y cantar juntos con el ritmo despiadado. Extraña mi alegría cuando quieras sosegar tu seriedad aterradora. Mi devoción a tu mente, mis ansias de quererte. Mis recuerdos y mi amor que bastaba para los dos. Extraña nuestras peleas y reconciliaciones.
Extraña este amor al que renuncias en tu afán estúpido de ser quien no eres. En tu engaño eterno, a voluntad.
Extráñame como te extraño yo.