lunes, 30 de enero de 2017

Mea Culpa

De las palabras inútiles de perdón sobre un florero roto..


Caí de rodillas, me sentí perdida, flotando, casi inerte. Todo se ha desvanecido, mi sueño se decolora, de las paredes pende tu obra de arte pueril y a mi corazón tus recuerdos arañan. Cuanto quisiera despertar de la trampa que yo misma armé diaria y estultamente. Caí en mi propia telaraña de papeles robados, de culpas regaladas y de piedras lanzadas con manos maculadas y terminé con el barro hasta la rodilla y el hedor imposible que emana del alma putrefacta.

Y así me quedé sin ti, sin tus palabras abrumadoras que disfrazaba de inventadas para maquillar mi ignorancia. Me quedé sin tus intentos resilientes, sin tu perfil en la cama que siempre amé. Me quedé sin tus detalles torpes e inocentes; sin tus intenciones y atenciones; sin tus momentos en los que te perdía concentrado en una película de la cual escapabas con comentarios o preguntas, y esa tu risa de niño que tan bien sonaba para mi corazón. Me quedé con las palabras en la boca, con los abrazos en mi pecho, con mis intenciones inútiles, con mis miedos que hace tiempo me arrancaron el valor. Me quedé sin ti, vacía y llena a la vez. Llena de amor que nunca pude mostrar, llena de pasión que se secó en mi piel, llena de perdones que se atoraron en mi mente, llena de vida que nunca pude darte.
Y quién si no yo me trajo hasta aquí? A quién he de culpar si no a mi misma? Quién desperdició las noches asustada, con los recuerdos burlones de mi infancia atolondrada, con las risas ante el espejo? Quién no supo verte? Quién no supo abrigarse en tu corazón perdido, tan perdido como el mío?. Sí, me marchité, terminé de desaparecer, de brillar, y así me encontraste. No fue tu obra, yo fui quien te contagió, fui yo quien despertó tu humanidad, quien tocó tus heridas profundas y quien te culpó por defenderte. Ahora estoy del otro lado, finalmente se te hizo justicia.

Porque en el fondo de mi corazón aún lates, aún mueves mis pensamientos, me despiertas por las noches y te cuelas en mis recuerdos. Porque aún me asusto de mi misma, de haberte perdido, de habernos perdido. De perder tu ser humano, imperfecto y a la vez tan inusualmente conectado con la esencia de nuestra alma. Porque eras tú mi oximoron perfecto, no supe ayudarte a crecer en la dirección correcta y me condené a no tenerte. No supe ser tu Da Vinci porque yo misma me había arruinado, no supe alumbrar tu oscuridad con mi luz extinguida de la que quedaba solo recuerdos y odas inventadas para exagerar su grandeza inexistente.

Y sí, hoy estoy sin ti, condenada por mis propias acciones; estoy sin ti con las manos atadas, con la tristeza paralizante, estoy sin ti y estoy apenas. Como siempre que estoy sin ti.
Y tal vez en lo que queda de mi misma, aún conservo la fe. Aún siento que queda el amor entre los dos, adolorido, herido pero fuerte, vivo. Aún pienso en voltear y encontrarte, abrazarte y colgarme de ti con esa sensación de salir de mi propio cuerpo, como ya había sentido a tu lado. Aún tengo esperanza, porque todo lo hemos superado torpemente pero juntos, bailando a diferentes ritmos, con vergüenza, pero juntos. Y así, juntos, es como quiero llegar al fin de esta vida.

"No fuiste tú quien se marchó, fui yo que no te supe retener. Perdóname, entiéndeme"

martes, 25 de diciembre de 2012

Lo que busco

Te busco a ti, donde quiera que estés. Busco despertar con una sonrisa y visitar a mi madre. Busco planear mis viajes con libertad y devolver, aunque sea un poco, todo el amor que mis padres me dieron. Busco ayudar, extender la mano con una máscara puesta, dentro de mí tal vez me carcoma el orgullo pero sobre él arremeto furiosa. Busco encontrar la forma de sonreir al despertar.
Es acaso mucho pedir?

sábado, 12 de mayo de 2012

De la correspondencia

Aunque finjamos por momentos algunas sonrisas y escondamos la cotaneidad en nuestras conversaciones, por momentos se escapan como huyendo de la avalancha a la que sabe, nos lanzamos irresponsablemente. Tal vez, asustados por una soledad disfrazada de fantasma, nos acurrucamos en nuestros brazos que sabemos, siempre estarán abiertos mutuamente.
Y los corazones cerrados.
Pero sobre pasos andados y errores tal vez saldados, nos arremetimos con el afán de no perder ninguna oportunidad. A título propio, los ojos se me escapan junto con la esperanza, y una aparente madurez aprueba mis pasos mientras me mima como padre que sabe que esta enseñanza es necesaria.
Quizás sea necesario este trance para descubrir lo que ambos nos negamos por temor o sensatez


sábado, 17 de diciembre de 2011

A puertas...

.. de un nuevo año y apenas despidiéndome de la celebración que siempre espero con ansias, tal vez el perfeccionismo lo encuentre siendo esta vez, un despiadado enemigo. Sin embargo, los vestigios de mi inteligencia corren a mi salvación puesto que he visto de lejos mucho de lo que quiero para mí. Y no sé si dejando ir además lo que trata de alejarse con los ojos cargados de dolor.
Ya el placer sedentario de pensar y comenzar a actuar impulsivamente me fue arrebatado hace años sin que me diera cuenta y fui armando trenzas imaginarias cuya tensión irrisoria me hacían caer cada que de ellas me asía fuertemente.
Luego de los resultados que no encontré y los recuerdos que galopaban en mi cabeza, coqueteando el borde mis límites, me desesperé creyendo ver mi cuerpo cayendo en un abismo con la inexorable gravedad. Y por eso, interpuse las manos entre mi rostro y el piso que me esperaba. Caí de pie.
Pasó de la racionalidad a la involución, de un placer a un castigo, de un sueño a un reproche, no, no era lo mismo y siempre lo había pensado, entonces, ¿qué recordaba?
Ya no sabía, ni quién era yo, ni quién había sido, a quién decía yo recordar, en qué momento de mi vida le reconocía, sólo me recordaba recordándola y añorando, sólo me veía suspirando por alguien que nunca fui.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Pasado

Aunque en aquel momento sintiera un pie sobre mi cuello que luchaba por aire, y mis manos fueran clavadas al suelo en medio de gritos inhumanos en tono moderado; fue lo mejor.
Sí, el placer del NO era la panacea. No por el NO sino por su existencia atolondrada. Sí, por sus confusiones y saltos despiadados con las manos escondiendo el rostro, esta vez clavó en mí sus ojos cuajados y su sonrisa amarillenta y hundió su mano en mis entrañas extrayendo el último vestigio de estupidez.
Fue necesario y no fue doloroso, fue intenso, sin masoquismos incluidos. Aún en mi inexperiencia relativa, actué como siempre guiada por mi idealismo y fe en las personas. O el remanente respectivo aún sobreviviente en mi obstinada mente.
Las reacciones confundidas por palabras, hechos, miradas y recuerdos se detuvieron bajo carcajadas estrepitosas que al reír, lanzaban escupitajos hediondos.
El espejo había sido roto y la espalda cubierta.
Y la obstinación de un punto, de la última palabra que no fue dicha y que luego no fue correspondida, lo dibujaron rotunda e indeblemente sobre una hoja que voló con el tiempo hacia el pasado aleccionador.
El único pasado que mi corazón no atesora.

martes, 18 de octubre de 2011

Palabras

Son las palabras que se sueltan en nuestras mayores molestias aquellas a las cuales hemos de consultar cuando no sepamos lo que sentimos. Emanan tanta sinceridad como confusos son estos minutos en los que da vueltas mi cabeza pensando que sería mejor un futuro incierto pero en apenas algunos años hacia atrás. No, no estoy loca, aunque con el tiempo espero estarlo.
Entonces, reviso los años perpetuados en frases y rescato aquella niña, luego mujer que con la pluma refunfuñaba ciegamente como en una pataleta pueril y engreída.
En todo caso, pudieron ser exageraciones pero nunca negaciones ni contradicciones, simplemente fueron ellos o ellos y más, pero siempre ellos.
Las palabras están ahí y me miran curiosa como queriendo conocer qué he de hacer con ellas, con él. Me preguntan por qué y les respondo tapándoles la boca. Les respondo mientras distraigo mi corazón.
Las palabras nuevamente me dirán que tenían razón.

lunes, 10 de octubre de 2011

La elección

Una elección implica opciones, aunque estas a veces se mantengan ocultas o tan obvias como ignoradas. Pues si de eso se trata, en una situación en particular, me sorprende repetidamente las elecciones de la mayoría de las personas y me cuesta entender los padecimientos a los que nos sometemos a voluntad. Hablo, por supuesto, también en primera persona.
Pero si de hedonismo se trata, he de tener historias que contar. Mantenemos el desenfoque, de cualquier forma, nos ensimismamos en la misma historia gris a cualquier nivel de nuestra vida sin darnos la oportunidad de un salto ideal por la misma incertidumbre que ocasiona.
Esa incertidumbre es la que me mantiene despierta por las noches, y sólo la esperanza se sienta a mi lado a acurrucarme. La fuerza de voluntad amaina en las tardes frías y me sonríe desde labios amicales.
Sí, una nueva elección destierra la mediocridad, una elección basada en un autoconocimiento y en la creencia del merecimiento de plenitud, que a veces atiborra la mente y empaña la mirada.
Es la elección sobre la cual te sientas, miras, evalúas y sonriendo dices, No, gracias.